Definitivamente, esa tienda no es para mi. Acabo de salir de allí y no tiene nada de lo que me gusta..!Ni siquiera dependientes guapos!.
Podría decir que mi día está siendo bastante triste pero, claro, luego voy al servicio de caballeros y me encuentro a un tio enseñandole la polla a otro. Salgo de allí rápida y discretamente y me voy andando lo más deprisa posible. ¿Se me nota el calor? Si, seguro. Tanto que casi muero atropellado al cruzar la calle cuando no debía.
Me quedo parado allí mismo, con la cara blanca, las manos en los bolsillos y un cortometraje de mi vida pasando por mis ojos. No da para un largo. !Qué triste!.
- ¿Estás bien?- se preocupa el señor del automóvil que...
Un momento. El color comienza a rebrotar por mis mejillas. El supuesto señor es un chico de mi edad aproximadamente y está para comérselo.
- Perdona, ¿Te encuentras bien?
Me quedo mirandolo fijamente. Él lo entiende y me sube inmediatamente a su coche. Debe darse prisa. El hospital más cercano está a...
¿Cómo? !Me va a llevar a su consulta! !La tiene en su casa! !Es un doctor!
Me siento en su camilla y me pide que me quite la camiseta. Al hacerlo, acerca su lengua a mis pezones y comienza a saborearlos. Me pellizca uno con la mano mientras me muerde el otro ,levemente, con los dientes.
Su otra mano comienza a bajar por mi pantalón; Yo lo desabrocho rápidamente para que el doctor me examine con profesionalidad...y así lo hace. Agarra con su mano mi pene y comienza a moverlo con ritmo mientras su boca ahora desciende poco a poco, lamiendo el recorrido perfecto hasta acabar consumiendo mi mástil.
- Perdona, ¿te encuentras bien?
Ok. Salgo de mi ensueño y me aparto de la carretera con pésimo entusiasmo. Él chico se monta en su coche y acelera.
Allí va mi doctor...Al que nunca conoceré. Al que nunca pondré nombre.
Mi doctor Quién.
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